Irremediablemente arrastrada por la devoción, y solo unos meses después, mi vida se reconvierte, y se hace dependiente de montones de cables que me mantienen conectada incansablemente a la red. Todo en artilugios tecnológicos casi de última generación han pasado, como por arte de magia a formar parte de mis enseres diarios sin los que raramente podría vivir.
Sorpresas te dá la vida...
Reflexiones de una nóbel SOCIAL MEDIA.
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